¿Para qué son las
emociones?
Es con el corazón, como vemos correctamente; lo esencial es
invisible a los ojos.
Cuando se trata de decisiones
cuenta tanto o más las emociones que la razón, es decir, cuentan más los
sentimientos que el pensamiento.
Las emociones son impulsos para actuar, planes instantáneos
para enfrentarnos a la vida que la evolución ha implementado. En toda emoción
hay una tendencia a actuar.
Con
la ira fluye sangre a las manos
y así resulta más fácil tomar un arma o golpear a un enemigo; se eleva el ritmo
cardíaco y aumento la hormona adrenalina la que genera mayor energía.
Con
el miedo, la sangre se dirige
hacia los grandes grupos musculares esqueléticos de las piernas, y así se
facilita la huida. El rostro queda pálido. El cuerpo se congela por un
instante, la atención se fija en la amenaza cercana.
En
la felicidad, habría un
aumento de actividad en el centro nervioso que inhibe los sentimientos
negativos y favorece un aumento de la energía disponible y una disminución de
aquellos impulsos que generan pensamientos inquietantes. Esta configuración
ofrece al organismo un descanso general, buena disposición y entusiasmo para
cualquier tarea, y para esforzarse por conseguir una gran variedad de
objetivos.
En
el amor, los sentimientos de
ternura y la satisfacción sexual dan lugar un despertar parasimpático, lo
opuesto a la ira y el miedo. La pauta parasimpática es un conjunto de
reacciones de todo el organismo, generando un estado de calma y satisfacción,
facilitando la cooperación.
En
la sorpresa, la expresión de
levantar las cejas, permite obtener más información visual y así es más fácil
distinguir qué es lo que está ocurriendo.
En
la tristeza, se evidencia una
pérdida de energía y entusiasmo por las actividades de la vida, sobre todo por
las diversiones. La forma en que mostramos nuestro pesar está moldeada por
nuestra cultura.
NUESTRAS DOS MENTES
En un sentimiento muy real
tenemos dos mentes, una que piensa y otra que siente. La mente racional es la
forma de comprensión de la que somos típicamente conscientes; reflexiva, capaz
de analizar y meditar. La mente emocional es otro sistema de conocimiento,
impulsivo, a veces ilógico (corazón y cabeza).
¿COMO CRECIO EL CEREBRO?
Fue evolucionando a través
de millones de años. La parte más primitiva es el tronco cerebral que rodea la parte
superior de la médula espinal, regula las funciones vitales básicas:
respiración y el metabolismo de los otros órganos del cuerpo, y controla las
reacciones y movimiento estereotipados, no piensa ni aprende (sólo mantiene la
supervivencia); por ejemplo en los reptiles.
Luego vienen los centros emocionales, a partir de millones de
años más tarde evolucionó el cerebro pensante o “neocorteza”. El sentido del
olfato es la raíz más primitiva de nuestra vida emocional, el lóbulo olfativo.
A partir del lóbulo olfativo comenzaron a evolucionar los antiguos centros de
la emoción. Después comenzaron a surgir nuevas capas claves del cerebro
emocional. El sistema límbico es el que domina las emociones, rodea el tronco
cerebral. A medida que evoluciona el sistema límbico surge el aprendizaje y la
memoria.
La Neocorteza surge tan sólo no más allá de cien millones de
años hacia el pasado, sobre la parte superior de la delgada corteza de dos
capas, la neocorteza ofrecía una ventaja intelectual extraordinaria. Añade un
sentimiento lo que pensamos sobre él, y nos permite tener sentimientos con
respecto a las ideas, el arte, los símbolos y la imaginación. El triunfo del
arte, la civilización de la cultura son frutos de la neocorteza. Las especies
que no poseen neocorteza como los reptiles, estos carecen de afecto maternal.
Cuanto más grande sea el número de conexiones cerebrales más amplia es la gama
de respuestas posibles. La neocorteza permite la sutileza y complejidad
emocional, con la capacidad de tener sentimientos relacionándolos a nuestros pensamientos.
El hipocampo y la amígdala, eran dos partes claves del
primitivo cerebro nasal que, en la evolución dio origen a la corteza y luego a
la neocorteza, en donde la amígdala es la especialista en asuntos emocionales,
si la amígdala queda separada del resto del cerebro, el resultado es una
notable incapacidad para apreciar el significado emocional de los
acontecimientos.
La amígdala cerebral actúa así como un sistema de alarma o
seguridad interna. La amígdala tiene una extensa red de conexiones nerviosas y
así dirige gran parte del cerebro. Esta responde antes que la neocorteza ya que
esta última elabora mediante diversos niveles de circuitos cerebrales, antes de
percibir plenamente y por fin iniciar su respuesta más perfectamente adaptada.
Almacena recuerdos emocionales del pasado y hace recordar al cerebro en el
presente, basándose en las reacciones que procesó en el pasado, a veces en situaciones parecidas o algo similares, como
una forma anticuada. En el primer periodo de la vida, antes de que comience a hablar,
la persona guarda reacciones emocionales (quizás tengamos la información
almacenada en forma desordenada de las experiencias emocionales, sin poderlas
expresar con palabras). Las emociones a veces son rápidas y poco precisas,
porque lo que percibe el ojo o el oído llega sólo una porción de la información
sensorial al tálamo y luego a la amígdala para luego, poder reaccionar de
manera impulsiva ante un peligro o temor. Posteriormente, la mayor parte del
mensaje toma la ruta principal hasta la neocorteza, la cual crea un mensaje más
elaborado.
La amígdala cerebral ofrece una forma muy rápida de provocar
emociones pero de una manera burda. En la vida emocional humana esto puede ser
a veces desastroso, porque al no alcanzar a pensar podemos reaccionar equivocadamente.
La corteza pre frontal, detrás de la frente contiene o
controla el sentimiento a fin de ocuparse más eficazmente de la situación
inmediata. La respuesta neocortical es más lenta que el mecanismo de asalto
porque supone la participación de más circuitos, más sensata y considerada, ya
que el sentimiento está precedido de más pensamientos.
Una de las tareas del lóbulo frontal izquierdo es regular las
emociones desagradables. El lóbulo frontal derecho es el asiento de
sentimientos negativos como el temor y la agresión. Las personas con lesiones
en el lóbulo pre frontal derecho carecen de preocupaciones, tal vez demasiado
despreocupados y alegres, y al contrario, si hay lesiones en el lóbulo frontal
izquierdo hay preocupaciones o temores catastróficos.
Las señales de emoción intensa: Ansiedad, ira y otras pueden
crear interferencias nerviosas que sabotean
la capacidad del lóbulo pre frontal para mantener la memoria. Por eso no
podemos pensar correctamente, un niño deteriora su capacidad de aprendizaje.
Las personas que tienen deteriorado el circuito pre frontal en la amígdala, su
capacidad para tomar decisiones está terriblemente degradada y sin embargo no
hay daño en ninguna capacidad cognitiva.
El intelecto no puede operar de manera óptima sin la
inteligencia emocional. Cuando el sistema límbico y la neocorteza de la
amígdala y los lóbulos pre frontales interactúan positivamente, la inteligencia
emocional y la capacidad intelectual aumentan.
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Son las habilidades
tales como motivarse y persistir
frente a las decepciones, controlar el impulso y demorar la
gratificación, regular el humor y evitar que los trastornos disminuyan la capacidad de pensar;
mostrar empatía y abrigar esperanzas.
Las actitudes emocionales pueden ser aprendidas y
mejoradas por los niños. La vida emocional en un ámbito que, al igual que las
matemáticas y la lectura pueden manejarse con mayor o menor destreza y requiere
de un conjunto singular de habilidades.
Las
personas emocionalmente expertas, las que conocen y manejan bien sus propios
sentimientos e interpretan y se enfrentan con eficacia a los sentimientos de
los demás, cuentan con ventaja en cualquier aspecto de la vida, ya sea en
relaciones amorosas e íntimas, o en elegir las reglas tácitas que gobiernan el
éxito en la política organizativa.
Las
capacidades, como la percepción social son talentos que la educación puede
alimentar en lugar de pasarlas por alto, o incluso coartarlas. Al estimular a
los niños a desarrollar una amplia gama de habilidades a las que positivamente
recurren, la escuela se convierte en una educación de las habilidades de la
vida. Hay una amplia gama de talentos que puede desarrollar el ser humano (hay
alrededor de 7 variedades de inteligencias, hasta un total de 20).
INTELIGENCIA INTERPERSONAL:
Se
divide en cuatro habilidades distintas; el liderazgo, la capacidad de cultivar
las relaciones y mantener las amistades, la capacidad de resolver conflictos, y
la destreza en el tipo de análisis social. Es la capacidad para comprender a los
demás.
INTELIGENCIA INTRAPERSONAL:
Es
una capacidad correlativa, vuelta hacia el interior, con el propósito de formar
un modelo preciso y más realista de sí mismo, y ser capaz de usar ese modelo
para operar eficazmente en la vida.
En el mundo cotidiano ninguna inteligencia es más importante
que la inteligencia interpersonal, de lo contrario, al carecer de ella elegirá
inadecuadamente sus relaciones e interacciones, tal como con quién casarse, qué
trabajo aceptar, etc. Se debe entrenar al niño en las inteligencias personales
desde la escuela.
El hombre de elevado C.I. equivaldría a una persona con una
amplia variedad de intereses y habilidades intelectuales, es ambicioso, es
productivo, previsible, y obstinado, y no se preocupa por sí mismo, es crítico,
fastidioso e inhibido; se siente incómodo con la sexualidad y experiencias
sensuales, es inexpresivo e indiferente, emocionalmente frio. El hombre con
inteligencia emocional elevada es socialmente equilibrado, sociable, alegre, no
es desanimado, ni tímido, no suele pensar en las cosas una y otra vez, tiene
notable capacidad de compromiso con las personas o las causas, tiene
responsabilidad ética, es solidario cuidadoso con las relaciones, tiene una
vida emocional rica y apropiada, se siente cómodo consigo mismo, con los demás
y con el universo social donde vive.
Estas descripciones son extremas en cada uno de nosotros, hay
mezcla en diversos grados.
METACOGNICIÓN:
Conciencia
del proceso del pensamiento
METAHUMOR:
Consciencia
de las propias emociones.
La
consciencia de uno mismo parecería exigir una neocorteza activa, sobre todo en
zonas del lenguaje adaptadas para identificar y nombrar las emociones que
surgen. Auto observación permite una consciencia ecuánime imparcial, de
sentimientos apasionados o turbulentos.
Tener
consciencia emocional es tomar consciencia de lo que se está sintiendo en forma
imparcial, ejemplo: “estoy pensando cosas buenas para alegrarme”. Ofrece la
posibilidad de librarse de pensamientos negativos.
Hay
estilos característicos para responder y enfrentarse a las emociones.
1.
Consciente
de sí mismo: su cuidado le ayuda a manejar sus
emociones.
2.
Sumergido:
sienten
que no controlan su vida emocional, a menudo se sienten abrumados y
emocionalmente descontrolados.
3.
Aceptador:
se
resignan a su desesperación.
Existen
dos tipos de personas con respecto a
su forma de reaccionar frente a una
emoción:
1.
Personas que prestan una cuidadosa atención
ante el peligro, muy alertas
2.
Otras que se hunden en la indiferencia,
sienten poco o nada de intensidad en las emociones.
Al
margen de la diferencia sexual de las personas con sensibilidad especificada,
la vida emocional es más rica que los que apenas experimentan sentimientos.
ALEXITIMIA:
carencia de emoción.
Hay personas que carecen de emoción o sentimientos, rara vez
lloran, son incapaces de saber cuáles son sus sentimientos, carecen de
inteligencia emocional, de la consciencia de sí mismos. Confunden un dolor
emocional con uno físico. Es diferente de una enfermedad psicosomática, esto lo
podemos entender como problemas emocionales que provocan problemas físicos.
Los sentimientos tienen un papel fundamental en la toma de
decisiones de la vida personal. Las decisiones importantes en la vida exigen sentimientos
viscerales, sabiduría emocional acumulada gracias a las experiencias pasadas,
pueden alertarnos ante una excelente oportunidad (los sentimientos están
manejados en el sistema límbico).
Los circuitos prefrontales juegan un papel en la sintonía
emocional y por estas razones neurológicas, algunas personas pueden detectar
más fácilmente que otros la agitación del temor o alegría.
El talento para la introspección psicológica depende de este
mismo circuito pre frontal, para dar voz a la “sabiduría del inconsciente”, es
decir, dar significado y sentido a nuestros sueños y fantasías, símbolos que
personifican nuestros más profundos deseos.
No siempre los sentimientos que se agitan en nuestro interior
atraviesan el umbral de entrada a la consciencia, y se mantienen en el terreno
de lo no consciente.
Las emociones son a menudo inconscientes; la consciencia de
las emociones es el eslabón capaz de superar el mal humor. Como señalaba
Aristóteles, lo que se requiere es la emoción adecuada. Cuando las emociones
son demasiado apagadas crean aburrimiento y distancia. Cuando están fuera de
control, demasiado extremas se vuelven patológicas. Los momentos de
decaimiento, así como los de entusiasmo dan sabor a la vida, pero deben guardar
equilibrio. Los momentos tormentosos deben compensarse con momentos de dicha.
Toda actividad que elegimos, desde ver televisión, hasta la elección de
amistades es una oportunidad para sentirnos mejor y serenarnos. Es una
habilidad fundamental para la vida. A diferencia de la tristeza, la ira proporciona
energías e incluso resulta tonificante, de ahí que la sucesión de pensamientos
airados agudiza la ira y la aumenta. Esto se explica ya que en el cerebro
límbico hay una liberación de “catecalominas”, estas generan un rápido e intermitente ataque de energía
que dura unos minutos, mientras otra ola impulsada por la amígdala a través de
la rama adrenocortical del sistema nervioso que dura mucho más que el aumento
de la energía de las catecalominas, puede durar horas e incluso días,
manteniendo el cerebro emocional en disposición para la excitación.
¿COMO
APLACAR LA IRA?
Con información atenuante, ojalá antes de la primera etapa de
la ira, calmarse recorriendo lugares agradables, librarse de la otra persona,
poner por escrito pensamientos hostiles y así ser revalorados. Los estallidos
de ira intensifican la excitación del cerebro emocional dejando a la persona
más enfurecida.
Las preocupaciones son un ensayo de lo que podría salir mal y
como enfrentarse a ello, la tarea es alcanzar soluciones positivas. Una forma
de preocupación crónica es la ansiedad. Aquí la preocupación puede cesar
distrayendo su atención (relajación).
SOLUCION
A LAS PREOCUPACIONES CRONICAS
Consciencia de uno mismo, captación de la situación preocupante,
relajación desafiando activamente los pensamientos inquietantes. Ver
alternativas positivas.
MANEJAR
LA MELANCOLÍA
La depresión deja marcas intelectuales: confusión,
imposibilidad de concentración mental y fallas de memoria. Deja efectos físicos
como lo son el insomnio, la sensación de apatía, aturdimiento, y una extraña
fragilidad.
No es bueno quedarse solo, aunque la persona triste lo desea,
lo mejor es la socialización, salir a comer o hacer algo con los amigos o la
familia (distracciones optimistas). Las distracciones más eficaces son las que
cambian el estado de ánimo, un encuentro deportivo estimulante, una película
divertida, un libro que levante el ánimo, los ejercicios aeróbicos que llevan
al organismo a un grado de excitación elevado. También es bueno rezar.
Existen personas imperturbables a las emociones, son personas
a las que les trabaja más el lóbulo izquierdo el centro de los sentimientos
positivos), y menos actividad en el derecho (centro de la negatividad). Niegan
que la tención los perturbe y muestran
una pauta de actividad del lóbulo frontal izquierdo.
Cuando el circuito límbico que converge en la corteza pre frontal,
se encuentra sometido a la perturbación emocional, queda afectada la eficacia
de la memoria activa, no podemos pensar correctamente, no podemos concentrarnos
en otro pensamiento.
El mayor entrenamiento en alguna tarea intelectual produce un
mejor resultado, un comportamiento intelectual, como si su coeficiente
intelectual fuera más elevado. Los niños que dedican más tiempo a las tareas
escolares obtienen mejores resultados, esto produce una ventaja emocional, más
motivación y por lo tanto mejor rendimiento.
La inteligencia
emocional es una aptitud superior una capacidad que afecta profundamente a
todas las otras habilidades.
Existe una diferencia emocional y social entre niños que
saben postergar un impulso para conseguir algo mejor, los que resisten son
personalmente más eficaces, seguros de sí mismos, son capaces de enfrentarse a
las frustraciones de la vida, aceptan desafíos y procuran resolverlos en lugar
de derrumbarse, en cambio los niños que resisten menos las tentaciones
inmediatas, tienen en la adolescencia rasgos psicológicos más conflictivos,
rehúyen los contactos sociales, fácilmente se consideran “malos”, “inútiles”,
etc.
La preocupación es el núcleo del efecto dañino que la
ansiedad ejerce sobre cualquier clase de desempeño mental.
El buen humor favorece la
capacidad de pensar con flexibilidad y de forma más compleja, facilitando la
capacidad de encontrar soluciones a sus problemas. Las personas de buen humor
tienden a ser más comunicativas y positivas. Las personas que abrigan
esperanzas muestran menos depresión que los demás, ya que actúan para alcanzar
sus objetivos, son menos ansiosas y tienen menos dificultades emocionales. Los
optimistas reaccionan formulando un plan de acción o buscando ayuda y consejo,
consideran los contratiempos como algo que tiene remedio. Los pesimistas
suponen que no pueden hacer nada y que se debe a deficiencia personal que
siempre los afectará.
La habilidad no es una propiedad fija, existe una enorme
variabilidad en la forma en que uno se desempeña.
El flujo es magnífico, es una sensación de deleite
espontáneo, incluso de embeleso, es intrínsecamente gratificante. Tal vez quede
mejor captado en el éxtasis del acto amoroso, la fusión de dos seres en uno. Fluidamente
armonioso es un estado en el que la gente queda profundamente absorta en lo que
está haciendo, se pierde la noción del tiempo y del espacio, no le preocupa
cómo está actuando ni piensa en el éxito o el fracaso. Lo que le motiva es el
puro placer del acto mismo. La concentración elevada es la esencia del estado
de flujo.
Cuando
la persona está ocupada en una actitud que capta y retiene su atención sin
esfuerzo, su cerebro se “tranquiliza” en el sentido de que se produce una
disminución de la acción cortical. Si una tarea es demasiado sencilla, resulta
aburrida, si supone un desafío grande el resultado es la ansiedad en vez del
estado de flujo. La motivación para mejorar cada vez más es permanecer en
estado de flujo mientras se desarrolla la tarea. Uno aprende de forma óptima
cuando tiene algo que le interesa y obtiene placer ocupándose de ello.
LAS
RAICES DE LA EMPATÍA
Toda compenetración, la raíz del interés por alguien surge de
la sintonía emocional, de la capacidad de empatía. La ausencia de empatía
existe en sicópatas criminales, raptores y abusadores de niños.
El 90 % del mensaje emocional es de naturaleza no verbal, la
clave para intuir los sentimientos de otro está en la habilidad para
interpretar los canales no verbales. El tono de la voz, los ademanes, la
expresión facial y cosas por el estilo. El PONS es un test de empatía (perfil
de sensibilidad no verbal).
La empatía favorece la vida romántica, la mente racional se
expresa en palabras, la expresión de las emociones es no verbal.
La empatía es estar abierto a nuestras emociones, y así
también estar habilitado para interpretar sentimientos de otros. En los niños
que se acostumbran a ponerse en el lugar de otra persona que está afligida
desarrollan mejor su empatía. Stern afirma que los momentos de sintonía o falta
de ella que se repiten interminablemente entre padres e hijos modelan las
expectativas emocionales que los adultos ponen en sus relaciones íntimas.
Sintonía es un proceso en que sus emociones son recibidas con empatía,
aceptadas y correspondidas. La sintonía es la comunicación que se produce
igualando el tipo de vibración entre dos personas emocionalmente comunicados.
El acto amoroso incluye la experiencia de sentir el acto subjetivo del otro:
deseo compartido, intensiones alineadas y estados mutuos de excitación que
cambian simultáneamente en la que los amantes responden en una sincronía que
proporciona la tácita sensación de una profunda compenetración.
EMPATÍA
(Comunicación
emocional)
Cuando el cerebro emocional envía al cuerpo una reacción
intensa, ejemplo, el acaloramiento de la ira, puede haber poca empatía o
ninguna. La empatía exige suficiente calma y sensibilidad para que las señales
sutiles de los sentimientos de otra persona puedan ser recibidas e imitadas por
el propio cerebro emocional.
Los abusadores sexuales son incapaces de sentir empatía y
también los gestores de violencia intrafamiliar y esta incapacidad de sentir el
dolor ajeno les permite mentirse a sí mismos estimulándose a cometer algún
crimen. El ciclo de la falta de empatía en los abusadores de menores comienza
cuando se sienten perturbados: furiosos, deprimidos, solitarios, etc. Estos
sentimientos podrían ser activados al ver parejas felices en televisión, por
ejemplo, y el abusador busca el bienestar fantaseando que tiene una cálida
amistad con un niño, la fantasía se convierte en una fantasía sexual, e incluso
también puede llegar a realizar la masturbación. Luego encuentra alivio
pasajero y los sentimientos de soledad vuelven de forma más acentuada. El
individuo puede comenzar a pensar en hacer realidad la fantasía e incluso
elaborando un plan para cometerlo. Puede comenzar un proceso de autoengaño
acerca de la aceptación del niño pero sin tener en cuenta los sentimientos que
pueda tener el propio niño, manipulando las emociones de sus víctimas. La
insensibilidad de los psicópatas está basada en una irregularidad del
funcionamiento de la amígdala cerebral y en los circuitos relacionados.
Existirían tres reglas de
demostración emocional:
1. Minimizar: Las muestras de
emoción (ante la presencia de la autoridad).
2. Exagerar:
la emoción con la gesticulación.
3. Reemplazar:
un sentimiento por otro.
¿Cómo se produce la
transmisión mágica de las emociones?
Inconscientemente imitamos las emociones que vemos en otra
persona, a través de una mímica motriz de su expresión facial, sus gestos, su
tono de voz y otras marcas no verbales de emoción, entonces se recrea en uno
mismo el humor del otro.
Hay personas más impresionables, más empáticas. Uno se da
cuenta si la otra persona empatiza, cuando imita la expresión facial, sus
movimientos físicos mientras habla.
El momento en que el niño intenta unirse a un grupo que ya
está formado es muy importante, saber qué estrategias utiliza para determinar
su desarrollo, y si con ellas es aceptado o rechazado. Está el niño que tiene
alto nivel de inteligencia interpersonal, pero también el impopular que trata
de llamar la atención cambiando abruptamente el tema, ya sea ofreciendo su
propia opinión, o simplemente discrepando con los demás de inmediato. El niño
popular, pasa un tiempo observando al grupo, para comprender de qué se trata el
tema que los une, y luego hace algo que sin dudas el grupo aceptará.
BRILLANTEZ
EMOCIONAL
Nunca se debe intentar dominar a una persona porque desde ya
se estaría vencido, hay que tratar de ponerse en el lugar emocionalmente del
otro. Cuando la persona está emocionalmente perturbada no puede recordar,
atender, aprender, ni tomar decisiones con claridad. Liderazgo no es
dominación, sino el arte de persuadir a la gente hacia un objetivo común. La
aplicación de la inteligencia emocional.
La aplicación positiva de inteligencia emocional en las
empresas, permitiría ventilar quejas, se capaz de criticar en forma
constructiva, crear una atmósfera donde la diversidad resulta valiosa, en lugar
de ser motivo de fricción y trabajar eficazmente en equipo. En una empresa, es
importante la “retroalimentación”, es decir, conocer la información acerca de
cómo se está funcionando en cada uno de los sistemas para constatar si debe
modificarse algo o no, y así, si surge un problema este no empeore con el paso
del tiempo. La peor manera de motivar a alguien en la empresa es criticarlo en
forma sarcástica con dosis de disgusto y desdén, pues origina una actitud
defensiva y a la evasión de responsabilidades, también origina el bloqueo
emocional y a sentirse injustamente tratado. Igualmente a lo que sucede en el
matrimonio, sin dar ninguna sugerencia de cómo hacer mejor las cosas. El
empleado termina renunciando o despedido, de manera análoga a la separación o
al divorcio. Se siente bloqueado, desmoralizado, ya no se siente capaz de hacer
bien las cosas. La frustración se acumula lentamente.
Las emociones concernientes a los prejuicios se forman en la
infancia, mientras que las convicciones usadas para justificarlas surgirían
después. Es más fácil cambiar las convicciones intelectuales que los
sentimientos más profundos. En la medida en que la gente empatiza con el dolor
de aquellos que se sienten discriminados, tiene más posibilidades de expresarse
contra esto. Si un grupo de trabajo cuenta con diversas fuerzas y perspectivas
y actúe de forma armónica, es probable que se llegue a mejores soluciones, e
incluso más creativas, que si se trabaje aisladamente.
El sistema inmunológico está muy conectado con el sistema
neurológico y sicológico de la persona, está todo relacionado. El sistema inmunológico
regula el buen funcionamiento de las células encargadas de defender al organismo
de los virus, bacterias y cáncer. El stress que provoca la producción de una
serie de hormonas dificulta el funcionamiento del sistema inmunológico.
Las emociones perturbadoras como la ansiedad, la tristeza
prolongada, el pesimismo, son perjudiciales para la salud; la empatía es un
bálsamo para la ira, hay que ponerse en el lugar del otro cuando se tiene ira
hacia ese otro. El antídoto para la hostilidad es el desarrollo de un corazón
más confiado. El stress puede provocar ulceración del aparato gastrointestinal,
colitis ulcerosa, inflamación intestinal, daño al hipocampo, y por lo tanto a
la memoria, alteración de la función inmunológica de acelerar la metástasis del
cáncer, exacerbar la formación de placa que conduce a la arterosclerosis y a la
coagulación sanguínea que provoca el infarto al músculo cardiaco; la
aceleración del inicio de la diabetes mellitus del tipo 1 y 2, ataques de asma.
Ayudar a los pacientes con las técnicas de relajación que se oponen a la excitación
fisiológica del stress, se utilizan clínicamente para aliviar una amplia
variedad de enfermedades crónicas.
La emoción positiva, la risa o la felicidad son curativas o
pueden cambiar el rumbo de una enfermedad. La calidad de las relaciones y de
tener una vida sociable, parece la clave para aliviar el stress. Las relaciones
negativas tienen su precio, como por ejemplo podemos citar que las discusiones
matrimoniales ofrecen un impacto negativo en el sistema inmunológico.
El manejo del stress debe:
1. Ayudar
a la gente a mejorar sus sentimientos perturbadores tales como la ira, la
ansiedad, la depresión, la soledad y el pesimismo.
2. Muchos
pacientes pueden beneficiarse si sus necesidades fisiológicas son atendidas al
mismo tiempo que las puramente médicas.
Las
lecciones de empatía comienzan en la infancia, cuando los padres sintonizan con
los sentimientos del bebé. Aprender a reconocer elaborar y aprovechar sus
sentimientos, a empatizar y enfrentarse a los sentimientos que surgen en las
relaciones.
Son
más relajados en el plano biológico, presentan niveles más reducidos de las
hormonas del stress y otros indicadores fisiológicos de la excitación
emocional, y esto conlleva a una mejor salud física. Son más populares y, caen
mejor a sus pares, adquieren maestría en las habilidades sociales, no presentan
problemas de conducta ni agresividad. Prestan más atención en clases, el éxito
escolar se pronostica por parámetros emocionales y sociales: ser seguros de sí
mismo y mostrarse interesado.
Los
tres o cuatro primeros años de vida son una etapa en la que el cerebro del niño
crece hasta aproximadamente los dos tercios de su tamaño definitivo. El
aprendizaje emocional es el más importante de todos. Durante este período el
stress grave puede dañar los centros del aprendizaje del cerebro. Es muy
importante el trato que reciba el niño en su crecimiento para que en el futuro
sea una persona que confíe que sus necesidades le importan a los demás. La
concentración, la confianza, el optimismo, en vez de la tristeza o la ira, el
respeto, en vez de la tendencia a la destrucción y la despreocupación de
fantasías sin base. Si el niño crece conforme consigo mismo y sus intereses le
permitirá tener muchas más oportunidades en la vida.
La
agresividad se transmite en una generación a otra, esto debido a padres muy
autoritarios y castigadores. Los niños maltratados son indiferentes y o
maltratadores con los demás niños y se despreocupan prácticamente en forma
total del sufrimiento de los demás. Estas personas, probablemente cuando lleguen
a adultos tengan más problemas con la ley y la criminalidad. Los recuerdos
traumáticos se convierten en gatillos mentales preparados para disparar alarma
al menor indicio de aquel espantoso momento vivido se repita nuevamente. Este
es el sello de todo trauma emocional.
En
un hecho traumático, el sentirse impotente para impedir el daño es lo que más
deja huellas traumáticas en el cerebro. Ante el pánico, el cerebro se producen
sustancias químicas denominadas catecalominas: adrenalina y noradrenalina, estas
movilizan al cuerpo en una reacción de emergencia, estas sustancias químicas
están relacionadas también con la memoria.
En
la glándula pituitaria se produce un exceso de hormona del stress, denominada
CRF. Esta sirve para movilizar a energía corporal para reaccionar ante un
ataque, o a la necesidad de fuga en caso de emergencia, sean estas reales o
ilusorias.
La
sustancia denominada endorfina permite atenuar la sensación del dolor. Los
opioides son sustancias químicas que también pueden ser producidas por el
cerebro y actúan como poderosos agentes paralizantes; son similares al opio y
otros narcóticos.
COMO
REEDUCAR EL CEREBRO EMOCIONAL
A
veces en los niños, eliminar o suavizar el trauma mediante juegos que reviven
el momento traumático, pero en donde puedan controlar la situación o sentirse
menos impotente. También el acto de dibujar puede llegar a ser terapéutico. Es
muy importante que la persona con un trauma emocional relate nuevamente los
momentos que le provocaron el trauma, porque estará en un ambiente de seguridad
junto a según el terapeuta. Y así podría revivir, si es necesario, una y otra
vez el momento, pero esta vez asociado al ambiente de seguridad, y poco a poco
el trauma se iría aplacando. La diferencia entre un niño tímido y uno atrevido
según Jerome Kagan es la excitabilidad de un circuito del sistema nervioso
simpático. Una presión sanguínea más elevada en reposo, mayor dilatación de las
pupilas niveles más elevados de noreprinefrina en la orina. La noreprinefrina
mantiene la amígdala excitada a través de circuitos nerviosos conectados, los
mismos circuitos hacen “bloquearnos” ante la tensión.
Una
actividad mayor en el lóbulo frontal izquierdo, en comparación con el lóbulo
frontal derecho son de temperamento alegre, les encanta la interacción
interpersonal y fácilmente se reponen de contratiempos; por el contrario, las
personas que desarrollan mayor actividad en el lóbulo frontal derecho son
propensas a la negatividad y al mal humor, sufren porque no pueden deshacerse
de sus preocupaciones y depresiones. La experiencia vivida en los primeros
meses de vida es de impacto duradero en la creación de sendas nerviosas para el
resto de la vida.
EL TEMPERAMENTO NO ES EL DESTINO
La
estrategia protectora logra el efecto contrario al privar a los niños de toda
oportunidad de aprender a calmarse solos ante lo desconocido, y así lograr
cierto dominio de sus temores. Un niño tímido puede vencer esta inhibición
natural con un nivel más elevado de competencia social: ser colaborador y
llevarse bien con otros niños, ser empático, compartir y ser considerado, ser
capaz de desarrollar amistades íntimas.
Cada
área del cerebro se desarrolla a un ritmo diferente durante la infancia. Las
áreas sensoriales maduran durante la primera infancia, y el sistema límbico lo
hace durante la pubertad, los lóbulos frontales (sede del autodominio
emocional, la comprensión y la respuesta ingeniosa), continúan desarrollándose
en la última etapa de la adolescencia, hasta algún momento entre los 16 y 18
años de edad.
Al
niño que se le ayuda a aprender a calmarse tendrá conexiones más fuertes en
este circuito, para controlar la aflicción, y así, a lo largo de la vida podrá
calmarse más fácilmente al sentirse perturbado. Otro circuito. Otro circuito
clave que continúa modelándose a lo largo de la infancia, se centra en el
nervio vago, que e un extremo regula el corazón y otras partes del cuerpo y en
el otro extremo envía señales a la amígdala desde las suprarrenales, instándola
a secretar hormonas catecalominas que preparan para la lucha o la fuga.
La
manera en que los padres pueden influir en el comportamiento del niño para una
mejor modificación del tono del nervio
vago es simplemente hablando con el niño de sus sentimientos y cómo
comprenderlos, no mostrándose críticos, resolviendo problemas relacionados con
las emociones, entrenándolos en lo que en ello deben hacer como alternativa a
los golpes. O al aislamiento cuando estén tristes. Así los niños están más
capaces de sugerir la actividad del nervio vago que hace que la amígdala
prepare al organismo con las hormonas propias de la respuesta de lucha o fuga.
El camino prototípico hacia la violencia y la criminalidad comienza con los
niños que son agresivos y difíciles de manejar en el primer y segundo año
básico. Para que no lleguen a la delincuencia, los niños agresivos se les puede
ayudar a dominar sus impulsos, enseñarles a subir su autoestima y ver las
acciones de los demás no siempre como mal intencionadas hacia ellos, ensayar otras
alternativas de reacción, sin agredir a los demás, ya sean alejarse,
gritar o huir cuando se sientan
avergonzados o burlados. Tener sentimientos más positivos hacia ellos.
Existe
tendencia genética en jóvenes a sufrir depresión, así como también a deprimirse
ante cualquier derrota, sean fracasos escolares, una discusión, o un rechazo
social. La depresión interfiere con su memoria y su concentración, haciendo más
difícil su atención en clases y la retención de lo que se les enseña. Al no
haber alegría en ellos pierde la energía necesaria para percibir experiencias
que le permitan aleccionarse ante desafíos que le planteen nuevas vivencias y
que le faciliten aprendizajes de forma más fluidas.
Los
niños más propensos a la melancolía tienden hacia una actitud pesimista, antes
de caer víctima de la depresión. Los que piensan que tienen malas
calificaciones debido a un defecto personal, son más propensos a la depresión
que los que piensan que los que se esfuerzan
más tendrían un mejor resultado.
TRANSTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN
Generalmente
las niñas con déficit emocional, caen en la bulimia o la anorexia, también el
miedo a la sexualidad o la baja autoestima. Las niñas que no tienen consciencia
de sus sensaciones o sentimientos y simplemente se sienten mejor comiendo
logran de ese modo la calma. Estás jóvenes deberán aprender a identificar sus
sentimientos y sensaciones para así adquirir autodominio y calmarse. Los niños
socialmente rechazados no son capaces de hacer una buena lectura de las señales
sociales respecto a la emocionalidad. Es en el calor de las amistades íntimas y
en el tumulto del juego que el niño perfecciona sus habilidades sociales y
emocionales, y que posteriormente podrá aplicar en sus relaciones futuras. Estos
individuos tienen pocos amigos y se podría decir que son solitarios crónicos,
tienen mayor riesgo de contraer enfermedades y de sufrir muerte prematura. Al
ser solitarios desde niños se les dificulta la posibilidad de desarrollar en
buena medida el crecimiento emocional necesario.
La
mayoría de las personas que adquieren el hábito de del alcohol y las drogas lo
hace para calmar sus sentimientos de ansiedad, enfado o depresión, es decir,
sus personales disturbios emocionales. Por cierto, hay personas más propensas
que otras, pueden haber sido muy reprimidas y ansiosas durante su niñez. Con
frecuencia son hijos de alcohólicos. Un indicador fisiológico es la baja
secreción de GABA, el cual es un neurotransmisor que regula la ansiedad. Un
nivel muy alto de GABA es un indicador de una muy baja ansiedad, y por lo tanto
de desmotivación y “flojera”. Por el contrario, un nivel muy bajo de GABA, se
presenta en personas con mucha ansiedad.
También
las personas muy agitadas y la búsqueda de excitación, por la deficiencia de
serotonina y el MAO, encuentran que el alcohol aplaca su agitación y buscarán
satisfacer esa necesidad a través del alcohol, las drogas o ambas. Las personas
con dificultad para manejar la ira, pueden buscar alivio en algunas sustancias
del tipo “opiáceas”.
Se
debe adquirir habilidades para manejar esos sentimientos, calmar la ansiedad,
reducir la depresión, o apaciguar la ira y así aplacar el impulso de recurrir a
las drogas.
Los
sentimientos deben expresarse con fuerza y convicción, pero sin transformar la
expresión en agresión. Siempre existen opciones cuando se trata de dar una
respuesta a la emoción, y mientras más opciones se manejen, más rica será la
vida de esa persona.
Postergar
las gratificaciones, ser socialmente responsable en la forma adecuada, mantener
el dominio de las propias emociones y tener una actitud optimista, son
indicadores de que en aquellas personas está presente la inteligencia
emocional.
La
tarea ampliada para la escuela será ayudar a los niños a transformar los
momentos de los momentos de crisis personal en lecciones de aptitud emocional.
EDUCACION DE LAS EMOCIONES
La
educación de las emociones ayuda a que los niños cumplan más eficazmente su
papel en la vida, volviéndose mejores amigos, mejores alumnos, mejores hijos o
hijas, y con la posibilidad futura de ser mejores esposos y esposas,
trabajadores y patrones, padres y mejores ciudadanos. Sin embargo, se necesita
educar la voluntad para mantener la emoción bajo el control de la razón, así lo
señala Thomas Licklona.
Este
autor, Thomas Licklona, al escribir sobre la educación del carácter lo
siguiente: “necesitamos controlarnos a nosotros mismos, nuestros apetitos,
nuestras pasiones, para hacer el bien a otros, se necesita voluntad para
mantener la emoción bajo el control de la razón”.
Goleman
además sostiene que desenfocar la atención exclusiva en sí mismo, y a la vez,
lograr el control de los impulsos permite obtener beneficios comunitarios ya
que facilita escuchar al otro y ponerse en el lugar del otro, es decir, se
logra una comunicación más empática.
Existe un método de 4 pasos que permite facilitar la
posibilidad de una alfabetización emocional, lo cual es un principio clave para
iniciar una educación emocional. Una manera operativa de comenzar esta
alfabetización es utilizando el siguiente procedimiento.
1. Se
enuncia la situación y qué se siente al respecto.
2. Se
piensa en las opciones para solucionar el problema
3. Se
visualizan las posibles consecuencias.
4. Se
elige la solución más confiable y se lleva a cabo.
Hay
que tener presente que la mente emocional es indudablemente mucho más rápida
que la mente racional, y se pone en acción sin detenerse en ningún instante a
pensar en lo que está haciendo. Las acciones que surgen de la mente emocional
acarrean una sensación de certeza especialmente fuerte. La mente emocional
puede interpretar realidad emocional, por ejemplo. El está furioso conmigo,
ella está mintiendo, etc. Emitiendo juicios intuitivos que nos dicen con quién
debemos tener cuidado. Nuestros sentimientos más intensos son reacciones involuntarias,
“el amor” es como una fiebre que va y viene independiente de la voluntad, como
lo es la ira y el temor. La lógica de la mente emocional es asociativa, toma
elementos que simbolizan una realidad. Hay que considerar que los grandes
maestros espirituales como Buda y Jesús llegaron al corazón hablando el
lenguaje de las emociones, enseñando con parábolas, fábulas y relatos.
El efecto reconfortante de la presencia de otra persona
disminuye no sólo el ritmo cardíaco y la presión sanguínea, sino también la
secreción de ácidos grasos que pueden obstruir las arterias, inhibiendo a
actividad límbica, y la secreción de acetilcolina, cortisol y catecalominas,
sustancias neuroquímicas que provocan una respiración más rápida, un latido
cardiaco acelerado y otras señales fisiológicas de stress.